Nuestro nuevo lugar nos dará autonomía, para cuidar a los hijos de Dios, minimizando los efectos de los impactos negativos que pueden haber sido causados por la noticia del embarazo, estableciendo un espacio totalmente diseñado para garantizar la seguridad principalmente emocional de todos.Hemos pensado con mucho cariño en este espacio y no mediremos los esfuerzos hasta que esté en pie y funcionando plenamente. Un llamado de Dios se sostiene primero en la oración, confirmado en la fe y especialmente en la caridad. Que Dios nos permita llevar a cabo este sueño, mucho antes de que decidamos nada, «se generó en Su corazón». ¡Acabamos de decir QUE SÍ!