El sueño de crear esta asociación nació en el corazón de Dios que busca personas comprometidas a sacar adelante el proyecto, vino a nosotros y se apoderó de nuestros corazones. Damos la bienvenida a las futuras madres, dándoles afecto, atención y sobre todo seguridad para tomar las decisiones correctas, de acuerdo con nuestra doctrina católica. Las madres en una situación de vulnerabilidad social, indecisas sobre la continuación del embarazo, encuentran aquí un refugio seguro, porque tienen un equipo multidisciplinar capaz de apoyarlas. Cuidamos el cuerpo y el alma de las madres y los hijos, defendemos la dignidad de la vida humana desde el principio, porque donde hay vida, debe preservarse en su totalidad. Luchamos para que nada pueda interferir con este proceso.Sabemos la dificultad, pero sobre todo confiamos en que si Dios le permite venir a nosotros, es porque somos capaces de ejecutar sus planes. Queremos crecer para poder servir a cada vez más mujeres embarazadas, porque imaginamos cuántas vidas se pierden en el camino porque no tienen el conocimiento sobre nuestra existencia. También somos plenamente conscientes de que somos un pequeño sorbo en el océano, pero con la ayuda de otras almas decididas por la vida, haremos mucho más.
Pedimos ayuda a todos los que piensan. Su donación hace maravillas, multiplica y salva muchas vidas. Su donación rescata almas a Jesús y da esperanza para que sigamos luchando por estos niños tan devaluados por la sociedad, porque su utilidad se ha perdido o subyugado. Pero las vidas importan, así que no podemos descansar siempre y cuando haya madres que necesiten apoyo para ver nacer y crecer sanos, convirtiéndose en adultos conscientes. Hacemos que nuestras cuentas corrientes estén disponibles, para que cuando tu corazón sea tocado, tu generosidad y amor nos lleguen. También puede ayudarnos mensualmente con montos fijos, a partir de R$ 19.90. Sea cual sea el valor, su donación hará maravillas para nuestro proyecto. Fábio de Melo dijo una vez: «de la época cuando están juntos,grandeza.» Somos muy pequeños frente a todo lo que Dios nos pide, porque la vida es nuestro activo más preciado, pero nuestra pequeñadad añadida a la tuya, hace que nuestro corazón se haga gigante por la fe y nos permita abrazar la causa pro-vida, dando esperanza a los que más lo necesitan. ¡Abre tu corazón y sé parte de este movimiento, porque no podemos trivializar la vida! Ya hemos rogado las bendiciones de Dios sobre ti y tu familia.
